De acuerdo a la literatura, la pelvis juega un papel importante en la carrera a pie. Por un lado, permite establecer la transmisión de fuerzas y movimiento entre extremidades inferiores, tronco y extremidades superiores, y por otro, actúa como central logística en la absorción de carga en los tres planos del espacio.
Esta adaptación permite modificar su patrón de funcionamiento dependiendo de la velocidad a la que se corra. Una aportación interesante en este sentido es este trabajo realizado hace unos años a través de la tesis doctoral de mi compañera Sara Perpiñá. En este enlace puedes acceder al texto completo.
La imagen muestra dos registros con el sensor de pelvis de RunScribe a dos velocidades distintas sobre la oblicuidad de la pelvis; 5′(256w) imagen de la izquierda, 4’15»(287w) imagen de la derecha.
Obsérvese como con el aumento de velocidad, la pelvis en plano frontal necesita una mayor capacidad de absorción de carga incrementando el rango dinámico entre 2º/3º al incrementar la colisión o shock (choque del pie contra el suelo), impacto vertical y frenado o braking. Parece ser una adaptación necesaria y clave sobre la capacidad amortiguadora que de no producirse es más que probable, podría llevar a posibles lesiones por sobre uso en extremidad inferior.
