Gracias a las nuevas tecnologías, especialmente los sensores portables, nos permiten ampliar el conocimiento del movimiento humano de una manera rápida, accesible y de fácil interpretación.
En carrera, lo que hasta hace pocos años era impensable poder cuantificar variables biomecánicas en el exterior, hoy en día es posible hacerlo con sensores como RunScribe, Stryd o Baiobit.
Cuando en clínica se combinan estos sistemas, el resultado es cuanto menos curioso, ampliando enormemente nuestra capacidad de razonamiento clínico a partir del cual surgen infinidad de dudas y preguntas.
Quiero compartir en este post, el caso de un triatleta con un escoliosis de convexidad dorsal derecha, ilíaco derecho anteriorizado e izquierdo posteriorizado. En este vídeo se puede apreciar el comportamiento de su pelvis durante el test CMJ, mostrando una oblicuidad aumentada en el ilíaco derecho y disminuida en el izquierdo.
Esta adaptación estructural a su escoliosis le genera una diferencia notoria tanto en la generación de potencia, impacto como colisión entre su pie derecho e izquierdo.
Potencia Impacto vertical Colisión
Teniendo en cuenta esta diferencia de potencia por cada pie, me pregunto si damos por bueno el cálculo de variables de potencia en carrera como el Critical Power o FPR cuando estos cálculos son realizados a partir de la colocación de un sólo sensor en uno de los dos pies, como en el caso de Stryd. Sin duda, una puerta abierta a la investigación. WELCOME TECHNOLOGY!